... Después de engullir diez cervezas, y de aguantar lo más que puedes las ganas de orinar vas como puedes al baño del bar. Antes de entrar ya te vas desfajando una camisa arrugada que tiene horas fuera de tu pantalón, vas desabrochándote el cinto y bajándote el cierre varios pasos antes de la puerta, llegas al mingitorio prácticamente con el miembro igual de flácido y triste que tú, ya de fuera y apuntando, listo para descargar tus meados humeantes y fétidos. Terminas y te pasas al lavado, pero no te lavas las manos, te quedas viendo fijamente tu rostro en el espejo, sabes que eres tú, pero te cuesta mucho trabajo reconocerte, percibes una cara de desesperación, tus ojos rojos entreabiertos gritan desconsuelo, sientes que tus facciones se derriten; empiezas a darte puñetazos en la jeta, fuerte, pero no duele, solo te arden los cachetes, y te agrada, te agrada poder sentir algo, un poco de calor. Sales fajado y derechito, “Aquí no pasó nada” –piensas. Tratas de sonr...
ilustraciones, pintura, fotografía, video, gastronomía, literatura, y otras cosas