Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2017

so (very) much

I hate you so much because I just loved you you said you loved me too you said you understood you said so many things and I hate you so much for lying ill we blame each other but I still can’t understand you took it all what really mattered you make me hate myself so I hate you very much and I love you and I want you and I need you still and that’s why perhaps I hate you so much

I was happy

I did not know I was happy until you seized it from me until you sort of died so sudden I knew then when the agony came heart aching and breathless I did not know you could leave just like that so unexpectedly many years rushed by haunting memories crashing tearing sanity down I wish I had known that love needs protection I would have armored myself safeguarded  your heart

La Muerte de la Vaquita

Decir que la vaquita marina no existe, o que posiblemente los especímenes vistos, documentados y estudiados sean una malformación de delfín u otro cetáceo es como decir que la tierra es plana y que posiblemente sea cuadrada. Justificar esa opinión con “nunca se han atrapado en las redes de un barco camaronero y llevo pescando 60 años” es muy válido, pero no deja de ser una opinión. Los hechos: Phocoena sinus es una marsopa, no un delfínido. Es una especie muy tímida, solo emerge unos segundos a respirar. Prefiere aguas someras y turbias donde puede evitar ser vista por depredadores (o humanos). Huyen con el ruido de los motores y redes de arrastre (como la de los barcos camaroneros). Las redes de enmalle o agalleras son la principal causa de muerte. ( y de muchas otras especies que mueren al igual que la vaquita en la “pesca accidental”) Dichas redes son utilizadas para la pesca ilegal de Totoaba. Los marineros de antaño al verlas de lejos tal vez pensaban que eran crías d...

Memorias de la Pita parte 1

Me gustaba mucho ir a la casa de mi abuela Pita, ella vivía en San Luis. “A un lado de la VIRSAN” - le decía mi Amá al taxista en la central al bajar del Transportes Muertes De Sonora. La Pita siempre nos recibía haciendo las mejores tortillas de harina. Las hacía en el patio, en un disco de metal invertido que usaba con leña. Me guardaba unas bolitas de masa con las que hacíamos figuritas y poco a poco me las iba comiendo  a escondidas. “Te vas a empachar chamaco pendejo” – me gritaba la Pita cuando me descubría y soltaba una sonora carcajada. Mis primas Licha, Tita y yo siempre jugábamos a los vampiros, o a que veíamos fantasmas, nos escondíamos de ellos, nos perseguían y nos divertíamos imaginando que con el poder de cánticos mágicos ancestrales los atrapábamos en canicas de cristal. A un lado de la casa de la Pita había un lote baldío, lleno de lomas de escombro y basura; por las noches cuando mi Amá no se daba cuenta, jugábamos ahí, imaginando que era un antiguo cemente...

El Sagrado Matrimonio / Primera Parte: La "Eiprel"

A los diecinueve años Ulises se reencontró con Abril (Eiprel) la gringuita que se hacía pipí en los pupitres en la primaria. No la había visto desde cuarto de primaria, después de eso ella se había regresado a vivir a Tucson. Era “spring break” y el pueblo se llenaba de adolecentes y jóvenes de Arizona. Ulises estaba en la playa con Cornelio, su vecino y amigo de toda la vida. El papá de Cornelio tenía pangas y en épocas de turismo paseaba a los gringos en una banana inflable por tres dólares cada uno. Ulises y Cornelio ofrecían el paseo por toda la playa gritando: “BANANA RIDE, BANANA RIDE” y a poner los chalecos salvavidas; cuando se trataban de chicas guapas les ayudaban a subir apoyando las nalgas de las muchachas con las palmas de sus manos. “Viste como le agarre el culo” – presumía Cornelio siempre que ayudaba una gringa, le encantaba exagerar “Me sonrió la morrita”. Entre una multitud Abril reconoció a Ulises y lo saludó efusivamente, corriendo hacía el dentro de un diminuto bi...