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Dos Barrios

Ulises creció entre dos barrios distintos y rivales, primeramente la casa donde vivió desde que nació que estaba en el centro del pueblo y después el barrio donde vivía su primo Rufino con el que pasaba casi todas las tardes, era uno de los barrios mas temidos del pueblo, le decían el “Fundío del Chamuco” y era cuna de los criminales mas famosos de la región. Durante el día podías ver a los sujetos afuera de sus casas con sus paliacates en la frente levantando pesas y escuchando a Schoolly D., ICE-T, N.W.A. y a Public Enemy a todo volumen; y durante la noche cerraban las calles con fogatas y tomaban cerveza que se robaban o simplemente sacaban de los expendios sin pagar (estando los dueños presentes y sin decir ni hacer nada). Cerveza que se tomaban envase que quebraban contra la pared de una bodega abandonada de una antigua purinera.

La casa de Ulises era en realidad una casa partida por la mitad que los dueños rentaban a dos familias diferentes. El padre de Ulises era amigo del dueño y le dejaba pasar los meses sin renta durante la crisis. La otra mitad cambiaba constantemente de arrendadores, y cada familia fue marcando de una u otra manera a Ulises.
Por ejemplo, en una ocasión vivía un señor con unos gemelos, mas o menos de la misma edad de Ulises; pero los gemelos nunca salían a jugar, se la pasaban en la sala frente al televisor jugando Nintendo. Ulises nunca había tenido contacto con un Nintendo, solo un viejo Atari que su primo Rufino tenía (pero su mamá regaló a escondidas). Ulises perdió todo interés por jugar en el patio y no pensaba en otra cosa mas que en video juegos. Los gemelos tenían muchos juegos, controles diferentes para juegos diferentes, accesorios, y a pesar de casi no hablar no les molestaba compartir y quedarse mirando la pantalla igual de embobados como si estuvieran jugando ellos mismos.

Un verano llegó familia de Nevada, cada años los visitaban y se quedaban un mes entero. Normalmente Ulises se emocionaba mucho por que eso significaba ir a la playa y al desierto a campar y fiestas familiares en casa, etc. Pero ese verano Ulises no se entusiasmó, invitó a su prima Gertrudis a la casa de los Gemelos. Gertrudis era un año mayor que Ulises pero durante el verano jugaban día y noche juntos. Ese verano la pasaron frente a la tele de los gemelos. La ultima semana Gertrudis ya no quiso ir a la casa de los Gemelos, así que Gertrudis se quedó los siguientes días en casa de Ulises a jugar sola y ver caricaturas. El ultimo día cuando Ulises se despedía de ella, Gertrudis le dijo que el papá de los Gemelos se la había llevado a su recámara ofreciéndole un chocolate, y después se bajó el cierre y se sacó el pito “Tócalo y te doy otro” – le dijo el papá de los Gemelos. Gertrudis dijo que salió corriendo y que por eso ya no quiso regresar a jugar Nintendo con los Gemelos. Los papás de Ulises no le creyeron.

Unos años después vivió una familia que venía de Guaymas, eran tres. El papá distribuía camarón, la mamá veía novelas y hacía tortillas y el hijo Luis (mucho mas grande que Ulises) jugaba futbol. Tenían un pick up muy grande con una caja de madera exageradamente alta en la parte de atrás donde el papá llevaba el camarón en jabas de plástico color naranja. A Ulises le gustaba juntarse con Luis, aprendía palabras nuevas, especialmente las prohibidas, y disfrutaba cuando venían los amigos de Luis pues escuchaba las payasadas y los temas de sexo. Un día Luis invitó a Ulises a jugar a las escondidas. Se metieron a la caja de madera del pick up del papa de Luis. “¿Puedes guardar un secreto?”
(Lo demás en el Libro)

A Ulises le gustaba mucho ir a la casa de su primo Rufino, y es que en su casa tenían parabólica y podían ver canales americanos. El hermano mayor de Rufino les enseño como poner canales para adultos “Recuerden, es Spice Hot y el número es 893” – les dijo “pero en cuando escuchen que llegue mi apa o mi amá en chinga le cambian por que el platillo dura un rato en regresar a su posición normal” – concluyó. Esas tardes pegados a la pantalla tratando de esconder sus incomodas erecciones infantiles sus mentes se llenaron de dudas en lugar de aclararlas. No comprendían nada de lo que veían y mucho menos los ruidos que salían del televisor.

Los papás de Rufino tenían barcos y en su momento les había ido muy bien económicamente. La casa de Rufino era la mas grande que Ulises había visto y estado. Rufino tenía muchos juguetes, tortugas ninja, G.I. Joe, Thunder Cats, Caza Fantasmas, Micro Machines, etc. Ulises tenía un cuadrilátero de madera y luchadores pintados con aerosol. Rufino además de tenerlo todo era deportista, o por lo menos su padre lo obligaba a practicar deporte, así que en contra de la voluntad de Ulises salían a la calle a jugar con los niños del barrio, en el merito “Fundío del Chamuco”. Ulises odiaba el deporte y odiaba a los niños del Fundío, eran rudos, peleoneros, y se burlaban mucho de el, le hacían mucha carrilla que no entendía y sabía que al final de la noche terminaría llorando. A Rufino no lo molestaban a pesar de que era mas blanquito, mas flaquito, y de dinero. Uno de las cosas que hicieron con Ulises los niños del fundío es darle una bienvenida al barrio, además de la bamba con pica hielo, se metían en una casa abandonada cruzando la calle de con Rufino, se bajaban todos los pantalones y ponían sus micro penes entre las nalgas de Ulises “Ya te culié” – decían, ya eres del Barrio. Los penes no duraban mas de un segundo ahí dentro, nunca penetraron nada, ni sabían que tenían que penetrar algo, solo trataban de replicar con miedo lo que habían visto a sus hermanos cholos hacer con sus “jainas” o sus padrastros con sus mamás y hermanitas, o sus tíos con ellos.

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