Todo pasaba en el barrio de mi primo, los vecinos del Sobaco del Diablo tenían una amplia y organizada red de todo lo que te puedas imaginar. Drogas, armas, blancas, autos robados, electrodomésticos, y asesinatos a sueldo (entre otras cosas). Eran los tipos mas rudos y temidos de Peñasco. Con sus aretes, camisetas de tirantes, cabello largo ochentero (mullet), lentes obscuros (en la noche), grabadoras colosales postradas en sus hombros, retumbando Run-D.M.C. (mix tapes robados en spring break). La mayoría eran hijos desertados de pescadores y armadores, y los pocos que tenían esa figura paterna era representada por algún borrachito que no salía de las Tres Hermanas / Las Panchas / El Cubilete / El Emperador / Cristal / entre otras cantinas. Se esforzaban por no ser igual de inservibles, proveían para sus hogares, se apoyaban entre todas las familias, había un código. Me tocó crecer entre ellos. A los mas pequeños nos entrenaban con bloques de concreto y botes llenos de arena, ...
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