Faust (que en realidad se llama Faustino Salustiano) se sienta pensativo, cruzado de piernas en un sillón individual color verde turquesa. Su mirada estática, en la nada, solamente el sabe lo que ve en su trastornada pero prodigiosa mente. Lo invité al Coffee Point pues casi no viene ya al pueblo. Faust es cineasta/documentalista/activista politico/social/medio ambientalista y está tan desilusionado de Puerto Peñasco como todos nosotros, pero el ya no tiene a nadie ni nada aquí que lo detenga. Entre la corrupción, la apatía y conformidad de los rocaportenses hicieron que saliera de aquí en cuanto pudo. Antes de alejarse trató de cambiar un poco la perspectiva de la gente, formó clubs, movimientos, encuestas, organizó campañas de propaganda, eventos culturales, los diferentes partidos politicos lo invitaban pero solamente lo utilizaban para atraer a los jóvenes; se dio cuenta de ello y de que él sólo no podía con tanto. Su abuela con la que vivía murió de repente sin antecedente médico alguno de un infarto al miocardio mientras veía su telenovela favorita La Usurpadora. La cremaron por que no tenían dinero para un ataúd o enterrarla en el camposanto municipal, y al día siguiente de que llegaran la cenizas de Caborca se subió a un autobús de la linea Transportes Muertes de Sonora y ya no supimos más de el. Hasta que llegaron las redes sociales.
Por fin reacciona, respira profundo y coge la taza con un capuchino frío y ya sin nada de espuma. Le da un largo trajo hasta que se lo termina. No ha tocado el "pai" de manzana con queso que le recomendé; yo ya devoré mi piña flan y me terminé el latte en las rocas. Es Julio y Faustino trae puesto un pantalón de mezclilla y un saco de pana, unas botas de piel, una keffiyeh alrededor del cuello, afuera está a 40 grados centígrados.
- "¿Sabes qué?" - dice, agarrándose y acariciando el intento de barba que porta. Hace una breve pausa para entonar su garganta cubierta con espresso y leche; y continúa: - "Ayer fui a la playa, fui a la alberca del resort, y había muchísimas mujeres bellas."
- "Pues son vacaciones de verano, hay muchas estudiantes y ninis y amantes y teiboleras de otras partes que vienen a Peñasco." - respondí, sin idea alguna a lo que iba esto.
- "¿Sabes que es lo culero de eso?"
- "¿Que ya no te gustan las viejas?" - contesté burlonamente.
- "No, wey, es en serio... la pinche puta moda."
- "No entiendo, explícame por favor."
- "Mira" - continuó Faustino Salustiano - "la pinche industria de la moda ya no sabe ni que chingados hacer, es una mafia, un monopolio, hace poco andaban de moda unos bikinis muy padres, bien retro, tipo años 40's o 50's, altos, muy cool y estileros. Acentuaban la cintura, les cubría las áreas comprometedoras donde se acumula la celulitis y al mismo tiempo des daba figura, no se, me gustaban mucho."
- "No conocía tu nueva etapa de crítico de la alta costura" - bromeé.
- "A lo que voy" - prosiguió con tono de desenlace - "es que ahora se anda usando un bikini tipo "eiris" (80's) como los que usaban en los videos de aerobics y es un insulto a la figura femenina. Si la chica que lo lleva puesto no es alta o suficientemente flaca la hace ver gorda y chaparra. Se les ve esa parte rara donde se une el femur con la pelvis y se les salta el ilion, perdiendo el glamour esa parte de la cadera que normalmente es sexy. Es mucha piel."
- "No había pensado en eso."
- "¿No estas de acuerdo?"
- "Pues había algo que no me convencía ese ese estilo de trajes de baño, pero no lo había analizado de esa manera. Yo solo pensaba que se veían un poco vulgares, pero no sabía el por qué; me gusta usar la imaginación supongo; y si, es mucha piel en los lugares equivocados."
- ¿Como están tus hijos?" - cambió de tema drásticamente. Faust había terminado la conversación del bikini ochentero desde que empecé a hablar.
- "Bien, traviesos, ahorita andan de vacaciones en Querétaro."
- "Está rico el capuccino." - dijo en modo automático mientras deslizaba sus dedos frenéticamente hacia arriba y hacia abajo sobre la pantalla de su teléfono móvil.
- "El pai de queso con manzana también."
Por fin reacciona, respira profundo y coge la taza con un capuchino frío y ya sin nada de espuma. Le da un largo trajo hasta que se lo termina. No ha tocado el "pai" de manzana con queso que le recomendé; yo ya devoré mi piña flan y me terminé el latte en las rocas. Es Julio y Faustino trae puesto un pantalón de mezclilla y un saco de pana, unas botas de piel, una keffiyeh alrededor del cuello, afuera está a 40 grados centígrados.
- "¿Sabes qué?" - dice, agarrándose y acariciando el intento de barba que porta. Hace una breve pausa para entonar su garganta cubierta con espresso y leche; y continúa: - "Ayer fui a la playa, fui a la alberca del resort, y había muchísimas mujeres bellas."
- "Pues son vacaciones de verano, hay muchas estudiantes y ninis y amantes y teiboleras de otras partes que vienen a Peñasco." - respondí, sin idea alguna a lo que iba esto.
- "¿Sabes que es lo culero de eso?"
- "¿Que ya no te gustan las viejas?" - contesté burlonamente.
- "No, wey, es en serio... la pinche puta moda."
- "No entiendo, explícame por favor."
- "Mira" - continuó Faustino Salustiano - "la pinche industria de la moda ya no sabe ni que chingados hacer, es una mafia, un monopolio, hace poco andaban de moda unos bikinis muy padres, bien retro, tipo años 40's o 50's, altos, muy cool y estileros. Acentuaban la cintura, les cubría las áreas comprometedoras donde se acumula la celulitis y al mismo tiempo des daba figura, no se, me gustaban mucho."
- "No conocía tu nueva etapa de crítico de la alta costura" - bromeé.
- "A lo que voy" - prosiguió con tono de desenlace - "es que ahora se anda usando un bikini tipo "eiris" (80's) como los que usaban en los videos de aerobics y es un insulto a la figura femenina. Si la chica que lo lleva puesto no es alta o suficientemente flaca la hace ver gorda y chaparra. Se les ve esa parte rara donde se une el femur con la pelvis y se les salta el ilion, perdiendo el glamour esa parte de la cadera que normalmente es sexy. Es mucha piel."
- "No había pensado en eso."
- "¿No estas de acuerdo?"
- "Pues había algo que no me convencía ese ese estilo de trajes de baño, pero no lo había analizado de esa manera. Yo solo pensaba que se veían un poco vulgares, pero no sabía el por qué; me gusta usar la imaginación supongo; y si, es mucha piel en los lugares equivocados."
- ¿Como están tus hijos?" - cambió de tema drásticamente. Faust había terminado la conversación del bikini ochentero desde que empecé a hablar.
- "Bien, traviesos, ahorita andan de vacaciones en Querétaro."
- "Está rico el capuccino." - dijo en modo automático mientras deslizaba sus dedos frenéticamente hacia arriba y hacia abajo sobre la pantalla de su teléfono móvil.
- "El pai de queso con manzana también."
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