Epifanía...
Anoche me tomé mis tres cervezas y fumé destilado de cannabis, mientras veía la serie Sexual Education de Netflix. Me reí mucho. Se terminó el episodio y apagué la tele. Aunque me encontraba en un estado muy relajado, con sueño, mi cuerpo cae rendido, al cerrar los ojos mi mente por lo general explota a gran velocidad hacia todas las direcciones posibles antes de quedar inconsciente. En ese lapso tuve una revelación; entendí por que me gusta tomar todos los días, o por lo menos una de las razones. Viajé al pasado, a la casa del señor Castillo que mis papás rentaban atrás de la Escuela Secundaria Técnica número 37. Visualicé la sala, la cocina y los comedores, el largo pasillo y todos los cuadros con fotos familiares o de miembros de la familia. Al final de ese corredor estaba la recámara de mis padres, hacia la izquierda. No puedo decir donde van los muebles por que mi mamá a cada rato los movía, re-acomodaba, re-decoraba etc. Entrando a su habitación a mano izquierda estaba el baño, recuerdo la canasta de la ropa sucia, era de plástico verde entretejida. Encima del excusado estaba un mueble y ahí recuerdo que mi papá ponía unas esculturas de arcilla o de barro que hacía, llevo una sirena muy bien grabada en mi mente, puedo ver con claridad los surcos que le dieron forma y sentir la plastilina fría y lisa. Por las noches mis papás y yo veíamos la tele en su cuarto, mi papá siempre se sentaba a mi lado, o yo encima de él, antes de dormir veíamos alguna película o algún programa de espectáculos. A veces nos acompañaban mis hermanos, pero casi siempre era yo solo, con ellos. Mi papá con su cerveza o un whisky. Después de eso mis hermanos se fueron a vivir a San Diego. Después nos fuimos mi mamá y yo. Después casi no veía a mi papá. Después la infidelidad de mi padre y ver a mi mamá en el suelo de la cocina llorando. Después me mandaron a Tucson por un año, a vivir con mi tía y primos, donde sufrí mucho abuso, emocional y sexual, episodio que me generó un gran trauma de abandono que no pude reconocer que existía hasta hace unos meses (30 años después). Creo que una de las razones por las que bebo en las tardes o noches antes de dormir es porque me recordaba a un nivel subconsciente de cuando era más feliz, antes de todos esos cambios que afectaron no solo mi vida sino la de toda la familia. También existe la posibilidad de que sea alcohólico, o que use la cerveza o vino como antiansiolitico o antidepresivo o antiestrés o como cualquier droga recreativa, para escapar de la realidad.
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