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Por las noches cuando intento dormir, si no estoy briago es una batalla, lo malo del alcohol es que el efecto se me pasa rápido, muchas veces me tengo que levantar al baño y ya no puedo volver a dormir. Me entume inicialmente pero cuando mi cuerpo empieza a forzarse para metabolizar los niveles etílicos de mi sangre me despierto; además, están las resacas y los problemas a largo plazo que quiero evitar. No estoy seguro el porque, pero siempre le he sacado la vuelta a las pastillas de dormir. He tratado pastillas y tés naturales, con valeriana, manzanilla, melatonina, etc… pero nada funciona. Hace algunos años cuando me sacaron las muelas del juicio me dieron unas pastillas muy fuertes para el dolor, creo que eran una combinación de ketorolaco con tramadol, y me funcionaban muy bien, sentía mucha paz y me quedaba dormido al instante, pero una tarde mientras dormía dejé de respirar, desperté muy asustado y no volví a tomarlas. También me dieron gotas de clonazepam que contrabandeaba una amiga, pero nunca sentí ningún efecto.
Los síntomas han ido cambiando, o escalando, antes no sabía que pasaba, solo estaba consciente de que no podía conciliar el sueño, y por las mañanas batallaba mucho para poder levantarme y no tenía energía ni ganas de hacer nada. Pero hoy puedo identificar bien lo que sucede, son voces, o mejor dicho es una sola voz, la mía, la que no se detiene en mi mente, se multiplica, se convierte en muchas voces (pero una al mismo tiempo) es decir, la voz se enfoca en un tema, y empieza a analizar, y a exponer teorías, y realidades alternas, y a sacar conclusiones, y a deducir, y a suponer, y a planear, y a viajar en el tiempo, y así se van formando capas y capas de la misma voz pero diciendo distintas cosas sobre un mismo asunto, agarra viada, tanto que a veces temo quedarme atrapado en ese estado, en un abismo o laberinto de ecos eternos.
Hace unos meses empecé a usar CBD, específicamente con Delta 8, y me ayudó muchísimo, lo malo de las sustancias es que te haces dependiente, y con el tiempo también te haces resistente y necesitas dosis más elevadas. Desgraciadamente prohibieron el Delta 8 y el CBD normal ya no tenía ningún efecto en mí, o no el deseado. Compré una pluma de THC, pues ya es legal, la uso en la noche, ya acostado, mientras leo o veo la tele, el efecto es rápido, pero siento que la mariguana me hace viajar y las voces se intensifican, batallo mucho para dormirme, lo bueno es que cuando por fin logro dormir es seguido por varias horas, seis a veces hasta ocho. Pero no quiero depender de ninguna sustancia, no quiero que las voces se intensifiquen ni viajarme y perderme entre mis propios pensamientos, en ese laberinto de voces, de universos paralelos dentro de mi mente.
No me gusta quejarme, por que estoy mucho mejor que hace algunos meses, donde me quedaba dormido a las diez de la noche, pero a las doce me despertaba empapado en sudor, con frío, con mal olor, y ya no podía dormir, me quedaba en cama para no hacer ruido, me levantaba junto con mi cuñado a las cinco de la mañana, me iba a caminar, regresaba a casa a tomar seis o más tazas de café, me ponía a buscar trabajo, a preparar presentaciones y a repasar para posibles entrevistas de trabajo, después de las cinco de la tarde era tomar, fumar, tratar de calmar mi ansiedad como pudiera, en ese entonces no podía leer, no podía ver la tele, no me podía concentrar en nada, mejor dicho no podía lograr distraerme. No le deseo eso a nadie, es horrible no dormir, por muchos días seguidos.
Eso es en lo que más me afecta la ansiedad, en la falta de sueño, también hace que me falle mucho la memoria, me ha hecho muy apático, que no tenga ganas de hacer nada, es un cansancio crónico, pierdo el interés en todo. Me he convertido en un ser antisocial. Creo que es acumulativo.
Ataques de pánico he tenido tres (que yo recuerde), la primera vez durante una resonancia magnética, a pesar de que tenía mucha ventilación sentía que no podía respirar, fue una de las peores experiencias de mi vida, una desesperación, donde crees que la muerte está muy próxima. La segunda vez que me dio un ataque de esos fue durante la vasectomía, igual, la camilla se encontraba bajo un ducto de aire acondicionado, pero no dejaba de sudar frío y me faltaba aire, no lograba calmarme. El doctor al final solo me ignoraba mientras yo sentía cada movimiento de pinzas, estiramiento y apretujes dentro del escroto; no era dolor, era poder casi ver dentro de mi cuerpo por medio del sentido del tacto. La tercera vez que me dio un ataque de pánico fue la noche que fui a ver a mi psicólogo por primera vez (éste último, el actual), estaba en la sala de espera, y a diferencia de los otros ataques previos, además de la falta de aire y desesperación, era un temor sinigual, pero aquí no había nada que me hiciera daño, no estaba atrapado en un tubo, no me estaban cortando los huevos, estaba yo solo sentado en una sala de espera, bajo luces frías de las típicas lámparas neón que se usan en locales comerciales, no podía dejar de llorar, no podía respirar, tenía miedo, un mal presentimiento, y mucha vergüenza… ¿Qué me pasa? ¿Me estoy volviendo loco? ¿Tendré remedio? Etc… Ese miedo no lo sentía desde que era niño, no recordaba eso, no recordaba que, de niño, por las noches, especialmente si mis papás salían, o me quedaba en casa de alguna tía, me daba ese miedo, ese mal presentimiento, ese temor de que algo horrible está a punto de pasar. Hace siete meses de ese episodio.
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