Ir al contenido principal

Vínculos del Pasado

...  

Hace unas semanas se me metió la idea de hablar con gente de mi pasado, personas con las que no quedé en los términos ideales, con el simple propósito de arreglar las cosas; no para ser mejores amigos ni nada de eso, también hay que ser realista, sino para estar en paz. Mi doctor se opuso, dijo que no estoy listo, que mi autoestima aún no está donde debe de estar para hacer algo así, que me importa demasiado lo que me vayan a decir, aunque nunca lo demuestro o digo. Lo ignoré claro, y no he dejado de pensar en cómo llevarlo a cabo. 

Pero después de varias noches con ese pensamiento atorado en mi mente he decidido no hacerlo. No importa lo que yo quiera, esas personas puede que sean felices así, con la actual situación. Supongo que estando lejos puedo desprenderme con mayor facilidad aunque no he podido. El coraje, rencor, deseos de venganza, etc. quizás sea su problema ya, no tanto el mío. 

Les agradezco tanto, por los buenos tiempos y sinceramente, de todo corazón, me disculpo por cualquier daño que pude haber ocasionado, nunca fue mi intención. Si pudiera regresar el tiempo, hay muchas cosas que haría distinto, o que no haría. Pero eso no se puede, y todos esos errores no son más que lecciones, supongo que depende de cada uno como ver las cosas y de perspectiva. Me sigue quitando el sueño el daño cometido. Me duele aceptar que no pude ser esa persona que quise, o que creyeron que era, una mejor versión de mi mismo. 

Solo queda decir adiós, ahora sí de verdad, y desearles lo mejor. 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Glod Bless Taylor Swift

Estoy en un bar medio rudo en el lado este del centro de San Diego, estoy aquí por trabajo, vine a grabar un video de una nueva aplicación móvil que vamos a promover y quise que en el mapa saliera el estadio de Los Padres. La app te ayuda a encontrar estacionamiento, te muestra las tarifas, y puedes extender tu estadía desde tu celular sin tener que salir a poner monedas. Tenía que esperar a que se agotara el tiempo del parquímetro para grabar los siguientes pasos y opciones. Por suerte vi un letrero que decía brewery como a dos cuadras de donde me estacioné y fijé mi trayecto. En el camino una docena de homeless acampando en las banquetas (si se le puede llamar acampar), algunos inconscientes bajo el achicharrante sol de medio día, abrazando una transparente bolsa de Walmart con pocas pertenencias, papeles, fotos, calzones; lo más importante. El bar se llama Knotty Barrel, en la esquina de la calle Market y Novena avenida. Es un bar como miles de bares, oscuro, sucio, una barra larga...
Un  tweet que no pienso publicar (aún)   H ace unos años (2019) se me vino mi pequeño mundo encima; en ese momento no supe lidiar con un nuevo fracaso, tenía poco relativamente que había empezado de nuevo después de un divorcio. Trabajo nuevo, rutina nueva, vivienda nueva, relaciones nuevas, etc... Mi vida iba bien, pero en cuestion de unas semanas, todo empezó a fallar; la compañía donde trabajaba se declaró en bancarrota quedando algunos meses de sueldo y comisiones pendientes, mi ex esposa y yo tuvimos problemas y una madrugada me quedé sin poder ver a mis hijos, un trapo sucio de un pasado olvidado salió con saña a causar mucho daño a terceras personas y manchar mi nombre, mis tarjetas de crédito estaban al tope con la navidad a la vuelta de la esquina, y el aislamiento de mi familia que yo mismo ocasioné por ser un mandilón me dejó sintiéndome completamente sólo... me hundí, no salía de mi cama, pedía dinero prestado y me lo gastaba en alcohol. En el punto más melodr...

El Tremendo “Tweety”

El Tremendo “Tweety” Hace algunos años mi amigo “Tweety” me contó como él se encargaba de recibir la merca' que otro grupo delictivo se ocupaba de cruzar a los Estados Unidos. Fue una noche que le di un aventón a su depa después de la chamba; acababa de entrar a la agencia de bienes raíces donde yo trabajaba. Recientemente había perdido su Mini Cooper rojo que siempre mantenía impecable, su casa gigante y fresona se la quedó la exesposa cuando se divorció, sus hijos no le hablaban y por el momento rentaba un cuarto por las orillas de la ciudad. Primero fuimos al Shooter’s Sports Bar por unas alitas de pollo bien doradas, con salsa búfalo extra picante y para pasarlas unos cuantos tarros de cerveza Indio de barril, los más helados y baratos de la ciudad; después de invitarle la cena procedí a llevarlo a su apartamento. “Hazme un paro.” – me dijo en cuanto llegamos. “Llévame aquí súper cerquitas a comprar un gallo para dormir a gusto.” Lo pensé un segundo, pero terminé aceptando con ...