¿Alguna vez han amado a una diosa? ¿Y fue recíproco? Entonces sabes que después de eso ya no se recupera uno.
Antes de ella ya me había enamorado, muchas veces, hasta me llegué a casar, divorciar, juntar, separar, tuve hijos con dos de esas mujeres (o tres); también después de ella tuve parejas, unas verdaderamente hermosas, perfectas en todos los sentidos, pero ya no fue lo mismo, yo no fuí el mismo.
Si un dios te elige para ser su amante, tienes que hacerle sentir humano, es decir, no basta con adorar, idolatrar, ser fiel, amar sobre todas las cosas. No, si una diosa te hace suyo tienes que follártela como si no existiera el mañana, porque para poemas y canciones y otras pendejadas les sobran otros dioses, semidioses, musas, artistas establecidos y también prodigios independientes. Una diosa necesita sentir que su piel se quema, que sus adentros arden, necesita que la montes y montarte al reverso, que se den madrazos, se asfixien y se escupan en la boca. Entran a nuestro mundo a sentirse frágiles y a burlarse de la muerte al mismo tiempo.
Tú como humano, al terminar el acto sexual vas a la cocina en calzones, le haces un panini de pollo asado al pesto con queso mozzarella fresco y "sun-dried tomatoes" y se lo llevas a la cama donde ella con su carita hermosa y sonriente lee memes en su celular, le pasas una cerveza muy fría junto con el sandwich, le das un beso en la frente y se ponen a ver una serie, en lo que te recuperas para otro round; por que ella (recuerda) es insaciable. Piensas que así será por siempre (sueltas una risada sin darte cuenta).
Las diosas tienen que estar seguras de que te prenden, que lo disfrutas aún más que ella, estará observándote entre gemidos, abrirá un ojo para ver tus gestos de placer. Si percibe que no te excita ya no vivirás para contarlo. Quizá no en ese momento, pero muy pronto.
¿Que dificil no? La amas con tanta ternura, que ni se te ocurre coger. Claro que te gusta, te encanta, te pone loco y despierta en tí las más perversas fantasías, pero cuando la tienes de frente vives en las nubes; solo quieres mirarle a los ojos y sentirte indigno, le rezas en silencio, agradecido e incrédulo de tu buena suerte en el amor. Ingenuo.
Las diosas tienen que estar seguras de que te prenden, que lo disfrutas aún más que ella, estará observándote entre gemidos, abrirá un ojo para ver tus gestos de placer. Si percibe que no te excita ya no vivirás para contarlo. Quizá no en ese momento, pero muy pronto.
¿Que dificil no? La amas con tanta ternura, que ni se te ocurre coger. Claro que te gusta, te encanta, te pone loco y despierta en tí las más perversas fantasías, pero cuando la tienes de frente vives en las nubes; solo quieres mirarle a los ojos y sentirte indigno, le rezas en silencio, agradecido e incrédulo de tu buena suerte en el amor. Ingenuo.
Le fallé, pues no la pude amar como era debido, como se aman a las diosas hechas carne. Fui cobarde. Nada importa el intelecto, el talento, los buenos tratos, los detalles o atenciones, si tu diosa pierde el interés es mejor que te prepares, pues el desprendimiento puede ser mortal. Muchos no sobreviven.
Ojalá alguien me hubiera dado este consejo hace años. Aunque pensándola bien, yo creo que su naturaleza de creación y destrucción, de armonía y caos, de infinitos cosmos coexistiendo, hace que se enfade de todo muy pronto y eventualmente me hubiera dejado igual, de un día para otro.
Después de una relación con una diosa ya no te funciona el corazón, queda descompuesto, solamente bombea sangre y cumple con sus funciones fisiológicas o biológicas, manteniéndote clínicamente "vivo", pues la parte de ese órgano que sirve para amar sin límite se lo lleva consigo.
Ojalá alguien me hubiera dado este consejo hace años. Aunque pensándola bien, yo creo que su naturaleza de creación y destrucción, de armonía y caos, de infinitos cosmos coexistiendo, hace que se enfade de todo muy pronto y eventualmente me hubiera dejado igual, de un día para otro.
Después de una relación con una diosa ya no te funciona el corazón, queda descompuesto, solamente bombea sangre y cumple con sus funciones fisiológicas o biológicas, manteniéndote clínicamente "vivo", pues la parte de ese órgano que sirve para amar sin límite se lo lleva consigo.
¿Que si me arrepiento? Para nada. Así como ella me robó el don del amor, también me bendijo paradójicamente. Una herida así si no te mata, te hace (no más fuerte) pero inmune. Además de eso, me prestó una visión metafísica que no puedo explicar con palabras. Cuando por fin pude salir de ese cráter lleno de angustia acribillante como si fuera lava fría, negra, opaca, compuesta de filosas y microscópicas puntas de flechas de obsidiana y antigua sangre, un chapopote que te va rasgando con mayor intensidad entre más te mueves y tratas de escapar; cuando me libré (según yo) entendí de qué se trata la felicidad y quién era yo en realidad.
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