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La Mesera

  La mesera le dijo que ya no le podía servir más, entonces enfadado sacó unos billetes arrugados y los tiró de mala gana encima de la mesa. Intentó caminar derecho, pero fracasó. Era como si caminara sobre la cubierta de un barco que atraviesa una feroz marejada; se iba tambaleando de un lado a otro. Su vista nublada solo le permitía ver manchas de luz que se desparramaban, dejando colores y sombras que se escurrían y cambiaban de intensidad. Habiendo estado en ese bar cientos de veces, sabía hacia cual dirección caminar. Ya cerca de la salida reconoció un grandísimo roble sobre la banqueta, donde siempre se resguardaba a fumar. Bajo el árbol había una macetera circular en forma de banca que rodeaba el tronco, se dejó caer con fuerza y por poco se iba de paso. Intentó sacar el teléfono de su bolsillo izquierdo, después de forcejear con su pantalón y su mano que se atoraba en el bolsillo sacó el celular, se lo llevo a unos cuantos centímetros de la cara y entrecerrando los ojos bus...
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Un  tweet que no pienso publicar (aún)   H ace unos años (2019) se me vino mi pequeño mundo encima; en ese momento no supe lidiar con un nuevo fracaso, tenía poco relativamente que había empezado de nuevo después de un divorcio. Trabajo nuevo, rutina nueva, vivienda nueva, relaciones nuevas, etc... Mi vida iba bien, pero en cuestion de unas semanas, todo empezó a fallar; la compañía donde trabajaba se declaró en bancarrota quedando algunos meses de sueldo y comisiones pendientes, mi ex esposa y yo tuvimos problemas y una madrugada me quedé sin poder ver a mis hijos, un trapo sucio de un pasado olvidado salió con saña a causar mucho daño a terceras personas y manchar mi nombre, mis tarjetas de crédito estaban al tope con la navidad a la vuelta de la esquina, y el aislamiento de mi familia que yo mismo ocasioné por ser un mandilón me dejó sintiéndome completamente sólo... me hundí, no salía de mi cama, pedía dinero prestado y me lo gastaba en alcohol. En el punto más melodr...

Glod Bless Taylor Swift

Estoy en un bar medio rudo en el lado este del centro de San Diego, estoy aquí por trabajo, vine a grabar un video de una nueva aplicación móvil que vamos a promover y quise que en el mapa saliera el estadio de Los Padres. La app te ayuda a encontrar estacionamiento, te muestra las tarifas, y puedes extender tu estadía desde tu celular sin tener que salir a poner monedas. Tenía que esperar a que se agotara el tiempo del parquímetro para grabar los siguientes pasos y opciones. Por suerte vi un letrero que decía brewery como a dos cuadras de donde me estacioné y fijé mi trayecto. En el camino una docena de homeless acampando en las banquetas (si se le puede llamar acampar), algunos inconscientes bajo el achicharrante sol de medio día, abrazando una transparente bolsa de Walmart con pocas pertenencias, papeles, fotos, calzones; lo más importante. El bar se llama Knotty Barrel, en la esquina de la calle Market y Novena avenida. Es un bar como miles de bares, oscuro, sucio, una barra larga...

El Corazón Es Un Músculo

¿Qué me hace creer en el amor? Hace unos días una amiga psicóloga hizo esa pregunta en redes sociales y me hizo cuestionar mi actual situación. La última desilusión amorosa que tuve me destruyó casi por completo, me dejó herido de muerte, desangrando y atascado en el fondo de algún túnel sombrío; por muchísimo tiempo desde ese rincón no se veía ninguna señal de luz, y sinceramente no tenía ganas de salir de ahí. Perdí la fe en el amor, perdí la fe en las mujeres, en las relaciones, perdí mi autoestima y también las ganas de estar vivo; creo firmemente que mis hijos me mantuvieron a flote. Dejé de comer y no podía dormir, por las noches sudaba frío y en las mañanas me levantaba empapado. Me acababa de mudar a una ciudad nueva, me encontraba en proceso de buscar trabajo, de no tener nada ni a nadie. Cuando logré aterrizar un empleo no podía concentrarme y encima de la depresión, comencé a sufrir una espantosa ansiedad que terminaba con ataques de pánico, conmigo en llanto, temblando y si...

Dreams 5-18-23

  Soñé que fui a Mexicali al cumpleaños de mi prima Perla, fui preparado con un seis bien helado y enhielado de cerveza Indio. Por alguna extraña razón, así como suele suceder en los sueños, el evento social se convirtió en el cumpleaños de mi primo Alan. Estaba en una colonia tipo gringa, un suburbio monótono y desértico, con sus jardines bien planeados con vegetación nativa, estábamos celebrando en un patio trasero, había una mesa con bancas como las que hay en los parques, y al fondo un asador de ladrillo muy amplio, ahí estaba mi primo preparando el carbón para la carne asada. Acomodé las gélidas cheves en la hielera, tomé una y me puse a saludar a los amigos de mi primo. En eso se terminó la carne, era un grupo muy pequeño de gente, pero aún así nadie alcanzó a comer, alguien dijo que había una tortuga suelta en el patio y que había que echarla a las brazas, sin ofrecerme para ningún tipo de trabajo me dieron la pobre tortuga para que la lavara, era una tortuga de desierto mu...

El Tremendo “Tweety”

El Tremendo “Tweety” Hace algunos años mi amigo “Tweety” me contó como él se encargaba de recibir la merca' que otro grupo delictivo se ocupaba de cruzar a los Estados Unidos. Fue una noche que le di un aventón a su depa después de la chamba; acababa de entrar a la agencia de bienes raíces donde yo trabajaba. Recientemente había perdido su Mini Cooper rojo que siempre mantenía impecable, su casa gigante y fresona se la quedó la exesposa cuando se divorció, sus hijos no le hablaban y por el momento rentaba un cuarto por las orillas de la ciudad. Primero fuimos al Shooter’s Sports Bar por unas alitas de pollo bien doradas, con salsa búfalo extra picante y para pasarlas unos cuantos tarros de cerveza Indio de barril, los más helados y baratos de la ciudad; después de invitarle la cena procedí a llevarlo a su apartamento. “Hazme un paro.” – me dijo en cuanto llegamos. “Llévame aquí súper cerquitas a comprar un gallo para dormir a gusto.” Lo pensé un segundo, pero terminé aceptando con ...

La Pesadez

  No, no se siente que algo encima de ti te aplasta, es una pesadez que viene de adentro. Algo diminuto y apenas perceptible como un átomo empieza a crecer en tu pecho, va expandiéndose lentamente y de manera radial por todo tu cuerpo, simultáneamente el peso se va haciendo mayor mientras se extiende, hasta que ya no puedes moverte cuando llega a las puntas de tus dedos. Nada te aplasta hundiéndote en el colchón, no son los músculos o ninguna terminación nerviosa que falla, eres tú que se ha transformado en plomo y se ha sumergido por completo en una densa y oscura confusión. Permaneces con los ojos abiertos, a veces cerrados pero despierto, tanto que puedes ver a través de tus párpados. Incontables pensamientos se generan, se estrellan, revientan, y recuerdas otros más del día anterior, y del día anterior a ese, hace que el tiempo se desdibuje, obligándote a perderte en el. No se sabe si llevas segundos así o si son horas. De la nada se levanta el hechizo, como una luz que se enci...